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Módulo 1: Conversión y Llamado

Sin lugar a dudas, la fuerza espiritual más activa de la iglesia es la Palabra de Dios, inspirada e iluminada por el Espíritu, es decir, las Sagradas Escrituras. Como discípulos de Jesucristo, creemos firmemente en el poder de la Palabra de Dios para crear, convencer, convertir y llamar. Para comprender la bendición maravillosa de la conversión y llamado, tenemos que evaluar críticamente el lugar de la Palabra de Dios en la iglesia.

Este módulo destaca el poder activo de la Palabra de Dios para convertir al perdido y afirmar a aquel que ha sido llamado dentro la plena voluntad de Dios. Comenzamos con una discusión de la forma en que la Biblia se refiere a sí misma como la Palabra de Dios, inspirada por “aliento de Dios”: el Espíritu Santo. A través de su ministerio a lo largo de las Sagradas Escrituras, entendemos que la Palabra de Dios juega un rol esencial en la regeneración del perdido. Mediante la Palabra, el Espíritu convence al mundo de pecado, justicia y juicio. La Palabra de Dios nos convierte, es palabra que trae una nueva vida, la cual es sinónimo del Evangelio de Jesucristo. La Palabra hace que “nazcamos de nuevo”, y experimentemos el lavamiento de la regeneración y la renovación del Espíritu Santo, que produce señales concretas del poder renovador de Dios en aquellos que creen. Finalmente, veremos que la Palabra nos llama de la oscuridad a una nueva vida en Cristo. Exploraremos el concepto de metanoia, que es arrepentimiento ante Dios, y fe (pistis). La Palabra de Dios produce fe en Cristo Jesús, el Señor y Salvador que salva, libera y rescata al creyente del castigo, el poder y la presencia del pecado.